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Hay muchos modos de contar la historia reciente de la ciudad de Berlín. Una de ellas es a través de los notorios porteros de las discotecas más renombradas, que desde su firme rincón pueden relatar qué ha sucedido con la cultura de baile, fiesta y noche desde la caída del Muro.
«Lo siento, no te puedo dejar entrar. Ésta es una fiesta privada». «Hazte a un lado, por favor». «Te lo estoy diciendo por las buenas: ¡ándiate!». Y así cada noche. La puerta de los clubes berlineses custodiados por los tres protagonistas de este documental le toman el pulso a la noche alemana, sus ansias y sus poses. Frank es un ex militar de pueblo con ínfulas artísticas y delirios de grandeza, un «guardián del exceso» con ojo atento a las chicas guapas. Smiley es un afroeuropeo que montó su propia empresa de seguridad con la que «hacer las cosas de otra forma». Sven Marquardt (en la foto superior) es el célebre y despiadado cancerbero con tatuajes faciales de la discoteca Berghain, una leyenda punk del Berlín Este que también ha hecho carrera como fotógrafo. Todos ellos disertan sobre una profesión inestable hecha para hedonistas que quieren seguir perteneciendo al ritmo implacable de la ciudad. Y cuestionan sus vidas en un contexto de incertidumbre a causa del paso firme de la implacable «gentrificación».